jueves, 18 de octubre de 2012

Enfoques comunes


Hace unas semanas descubrí el Proxecto Máscaras. Ya sabéis la despistada rapidez con que leemos y despachamos la gran mayoría de los continuos encuentros con nuevas páginas en la red. Como un delfín saltamos desde un extremo a otro de la pantalla, un par de clic más, si acaso algún tweet, un + o un me gusta y seguimos, sin mirar atrás, a la búsqueda de otra web tan interesante como efímera. Pero mi encuentro fortuito con el proxecto Máscaras fue algo diferente, de delfín pasé a ser tiburón y a intentar engullir todo lo que allí va apareciendo y con gran lucidez y buena pluma van criando, Isabel , Iago,… y el equipo de I.G. Documentación.
 No pretendo hablar hoy del proyecto y su película. Sin embargo su mirada y su forma de hablar y tratar con la discapacidad, tan real como cotidiana y desapercibida a la vez, me ha enganchado y me hace pensar otra vez sobre el juego del lenguaje. A eso vamos. 

Ya lo comenté en algún post anterior, cuando empecé a trabajar con FEJIDIF intenté estudiar para conocer y definir bien la discapacidad, su mundo, las personas que están en ella, sus tipologías,… Con este fin leí, me informé e intenté acercarme tanto a ellas como me permitieron las palabras. Os aseguro que en ese momento estaba convencido de conocer bien lo que era una persona con discapacidad, la diversidad funcional o la dependencia. Después llegaron las experiencias. Las vidas caprichosas de cada uno, el andar eléctrico de Juan, las palabras quebradas de Marta, el dolor de Amelie, la sonrisa de María, la silla increíble de Carlos, los mails sin manos de Fernando, las conversaciones a solas y las palabras privadas. 

 Y entonces volvió el caos. A día de hoy no podría dar una definición clara de la discapacidad o de las personas con discapacidad. Más allá de la discriminación, no he encontrado nada que todos compartan y que los haga ser parte de una misma realidad. No dudo que las clasificaciones y las palabras que utilizamos nos pueden ayudar a entender el mundo, pero también sospecho que el lenguaje no es ingenuo y que esto es especialmente así ante algunas realidades peculiares, y la discapacidad es una de ellas. Los cambios en el lenguaje y la evolución de los términos para referirse a las personas con discapacidad así lo demuestran.


Pienso que las que menos han contribuido a este vocabulario, a estas definiciones y lenguaje, a la visión social y la descripción de las personas con discapacidad han sido ellas mismas. Bajo mi punto de vista, han sido los profesionales de la salud y los servicios sociales los que han establecido esa manera oficial de entenderla y hablar de ella, manteniendo unas relaciones de poder tan desiguales como innecesarias con las personas con diversidad funcional; ayudando mucho, pero a la vez generando una visión parcial y limitada de ellas y su mundo, escuchando más a sus deficiencias y a sus cuerpos que a ellas mismas, entendiéndolas más como portadores de deficiencias (persona CON discapacidad) que como personas viviendo en un contexto y en cuya interacción se encuentra la clave para acercarse y con-prender la discapacidad. 

No me gusta este ir y venir del lenguaje que pretende normalizar por que sí, agrupar, hacer caridad, suavizar, heroizar,… la discapacidad. No me gustan las palabras que no te dejan ver, que devalúan el concepto de lo diferente. Creo que en ocasiones sobran las palabras, porque lo diferente se crea en los matices y es la experiencia directa lo que genera matices. Son las experiencias las que, a veces a pesar de las palabras, buscan y crean causalidades y relaciones. Por que en las experiencias se construyen las relaciónes, porque "no hay construcción humana en soledad"(Javier Tamarit). Son esas experiencias las que nos llevan a conectar lo que antes estaba aislado, las que derrumban conceptos y llenan viejas palabras de nuevos contenidos. 

Haciendo equivalencias entre lo que antes estaba separado (las formas de los cuerpos, las vidas, los gustos, las debilidades, las vidas heroicas, las vidas mediocres, los espacios, etc) inevitablemente barremos los márgenes de una ecología humana estrecha, que va ocultando especies y perdiendo diversidad. Haciendo estas equivalencias conseguimos crear un espacio común donde podemos estar sin tener que entendernos siempre, pero estar todos. Pero para esto tenemos que ser infieles a nosotros mismos, a lo que nos han dicho, a las palabras que nos han dado y con las que nos miramos a nosotros y a los demás. 

No me gusta la manera en que el lenguaje oficial nos acerca a la discapacidad alejándonos de ella. No me gusta que la discapacidad sea una curiosidad normalizada. No me gusta que se incorpore lo diferente en lo igual. No me gusta que el vocabulario de lo real sea cada vez menor, que las etiquetas borren las diferencias, que la homogeneidad sea una solución. 

Creo que necesitamos las diferencias, la diversidad, el vivir disparejo, el pensar distinto, el andar desigual, el mirar a ciegas, al amor atípico,… Porque, como para el resto de los humanos, estos son los dominios de las personas con discapacidad. 
Y esto es lo que, aún sin haber visto la peli, me transmite el Proxecto Máscaras

Siguiente paso, ver la película. Las palomitas están preparadas. 
Ya os contaré.

2 comentarios:

  1. “No me gusta este ir y venir del lenguaje que pretende normalizar por que sí, agrupar, hacer caridad, suavizar, heroizar,… la discapacidad”

    Magnífico Manuel, casi cuesta comentar casi preferimos sumarnos a todas y cada una de tus palabras.

    Mientras la película estaba en proceso de edición, fuimos llevando en paralelo una investigación partiendo de la palabra “valor” que si en singular se está refiriendo a términos de económicos y de mercados, en plural se asocia a “causas” que homogenizan y excluyen. La sociedad es un estallido constante de burbujas-causas que discurren en los márgenes y reforzando ese arcaico paradigma de la “normalidad”. Por eso estamos tardando más en el diseño de la estrategia, porque queremos que discurra desde el concepto de la diversidad Sin Comillas.

    Esperamos que te guste la película. Es, como decimos nosotros, una “historia pequeña”, simplemente algo posible.

    Muchas gracias! :)

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  2. Todo el equipo de Máscaras, los que estamos y los que se van sumando, te damos las gracias :)

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