jueves, 10 de octubre de 2013

Sobre las trampas de la "Salud Mental"




A Julia, Lina, Juan, María, Luís, Carmen,…

Hoy es 10 de octubre,  Día Internacional de la Salud Mental. Bajo este  anhelado y atractivo concepto (quién podría no desear la salud y qué persona inteligente escaparía al encantamiento de todo lo que tenga que ver con la mente) se esconde un lobo vestido de cordero. La salud mental, una creación magnífica para inventar enfermedades, el motor necesario de una gran maquina de hacer dinero.

¿Cuándo alguien tiene su mente sana?, ¿cuándo una persona  tiene depresión, ansiedad, esquizofrenia,...?, ¿qué enfermedades mentales existen?, ¿quién decide y configura estas realidades? En el caso de DSM-V han sido distintos comités de expertos sobre los que se han arrojado no pocas dudas sobre sus intereses y sospechosas vinculaciones con importantes farmacéuticas y compañías afines que fabrican medicamentos para tratar los problemas mentales que ellos mismos habrían de definir. ¿Qué efecto tiene esta concepción inventada e impuesta de salud mental sobre la población? Pura tiranía de la normalidad.

El modelo biomédico para tratar con los problemas físicos, que tan buenos resultados ha dado y tantas vidas salva cada día, ha extendido una (perjudicial) manera de entender la salud mental  como si los problemas psicológicos fueran enfermedades como otras cualesquiera.Se trata de un modelo que comparten tanto los gestores del sistema sanitario y los profesionales de la salud como los propios pacientes, que también piensan médicamente y acuden con sus síntomas y molestias a sus médicos, que reciben un diagnóstico y que van a las farmacias en busca de los fármacos prescritos en los que depositan muchas veces sus esperanzas y hasta su voluntad.

El día internacional de la salud mental, un buen día para volver a cuestionar no obstante si los problemas psicológicos son enfermedades como el resto.  Cuestión esta que ponemos aquí en duda recogiendo algunas ideas de autores como el profesor Marino Pérez  quien afirma “los problemas psicológicos, lejos de ser entidades o tipos naturales como lo pudieran ser la diabetes o la artritis, serían entidades interactivas o tipos prácticos.
(…)Mientras que las entidades naturales son realidades o condiciones indiferentes a las concepciones e interpretaciones que se tengan de ellas (la condición diabética no varía en función de lo que la gente crea y cómo la entienda y explique), las entidades interactivas son realidades o condiciones influidas por las concepciones e interpretaciones que se tenga de “ellas”. Así, lo que sea la “depresión” viene dado por las prácticas culturales relativas a la sensibilidad emocional, la experiencia de las situaciones vitales, la forma de vivir las dificultades y, en fin, el modo de enfrentar los problemas de la vida (pérdidas, frustraciones, etc.). “

Por otro lado, el hecho de que, a diferencia de las enfermedades físicas,  no existan para los trastornos “mentales” marcadores biológicos, análisis, neuroimágenes o cualquier otra prueba biomédica concluyente para el diagnóstico diferencial de enfermedad mental alguna, viene a apoyar esta idea de que ambos tipos de salud física/mental son dos realidades muy diferentes que requieren maneras diferentes de análisis, estudio y tratamiento.

Nótese que no se está negando aquí que los problemas psicológicos y las dificultades y sufrimientos que éstos pueden causar no sean hechos reales, lo que se pone en duda son los factores que los configuran y por tanto la forma de tratar con ellos. Tampoco se niegan los factores bilógicos que pudieran estar implicados en los problemas psicológicos. Sí se afirma sin embargo que no existe esa relación lineal mecánica ni directa entre éstos factores biológicos y los problemas psicológicos, tal y como el modelo oficial de salud mental insinúa.
Por supuesto que las personas experimentan problemas psicológicos, pero éstos no surgen ni los mantienen un impreciso desorden químico o neurológico, sino que surgen de los problemas de la vida:  abusos, frustraciones, pautas educativas, decepciones, conflictos, maltratos, separaciones, pérdidas, infelicidades...  Los problemas psicológicos, así vistos, serían realidades más ligadas a la vida y la biografía que a la biología de los individuos

 Bajo esta concepción, se configura una manera diferente de sentir,  de vivir y tratar con los problemas psicológicos propios y ajenos. De ello nos habla  Eleanor Longden, de intervoice, en esta excelente charla Ted, de otra manera posible de vivir las voces que la atormentaban, de  no luchar contra ellas y por tanto contra sí misma.
En este escenario no serían los problemas como síntomas los que habrán de definir el trastorno, si no los problemas como experiencias que experimenta la persona de acuerdo con su biografía y circunstancias. El problema psicopatológico no estaría en el miedo, la ansiedad, la pena, la tristeza e incluso las voces alucinatorias, sino en la relación que uno tiene con tales realidades y experiencias.

Comenzaba este post recordando que hoy es el día de la salud mental, sin embargo a menos que seas accionista de Lilly, Novartis o alguna otra empresa fabricante de drogas psicoactivas legales, creo que hay poco que celebrar.
Por eso prefiero felicitar a los profesionales que ayudan a las  personas con “problemas de salud mental”   sin necesidad de exiliarlos de sus biografías, a los que no enfrentan a los pacientes a una guerra civil contra sus propios pensamientos, sus recuerdos dolorosos, sus emociones o sus sentimientos.
Felicito el día a todos los profesionales de la salud, a los amigos y a los familiares  que ayudan a  las personas que experimentan estos problemas psicológicos a  sentirse capaces de hacerse cargo de sus vidas, a tener la valentía de marcar una dirección propia - ajena a las metáforas de lo normal - y actuar aún sin tener la garantía de la inmediatez en la mejora.
En la gran mayoría de los casos las personas que así lo hacen, aún sin dejar de tener ansiedades, tristezas o incluso sin dejar de escuchar sus voces, consiguen tomar las riendas de su vida y ser felices. Al menos esa es mi experiencia como psicólogo clínico.

Con todo mi respeto y admiración, va por ellas.


6 comentarios:

  1. Aplausos y mis subrayados (del post y del Ted):

    - En este escenario no serían los problemas como síntomas los que habrán de definir el trastorno, si no los problemas como experiencias que experimenta la persona de acuerdo con su biografía y circunstancias.

    - Yo solía decir que estas personas me salvaron, pero lo que ahora sé es que hicieron algo aún más importante con lo cual me facultaron para salvarme

    - La única peor cosa que hablar de ello es no hablar de ello. Oscar Wilde

    - No es lo que está mal en ti sino lo que te ha pasado a ti

    - No me digas lo que otras personas han dicho de ti. Háblame de ti.

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    1. Gracias Isabel y por completar con esos subrayados.
      :)

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  2. Muchas gracias, por el post. Ayuda a reflexionar y plantear las cosas desde otro punto de vista.

    (Como lector, agradecería texto negro sobre blanco, en vez de texto blanco sobre negro, que la pantalla del ordenador no es como el papel impreso, y la vista se cansa mucho más).

    Saludos

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    1. Gracias mono rojo por tu comentario y por asomarte a mi blog.

      Tomo nota de lo que dices sobre el contraste de colores texto/fondo y probaré con otras plantillas a ver qué tal quedan. Si me gusta el resultado lo cambiaré, me parece bien tu propuesta.

      Saludos

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  3. Me parece un artículo magnífico, valiente, necesario y real. Saludos!!

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