Buscando porqués para un deseo.

Porque es mentira que el miedo sea cosa de cobardes.
Porque es mentira que la discapacidad y la felicidad sean malas compañeras.

Porque es mentira que la discapacidad sólo está en el cuerpo o (lo que quiera que sea) la mente de las personas.

Porque situar las capacidad de cualquier persona en su cuerpo o su mente es tanto como situar el talento de Mesi en su pierna izquierda.

Porque no todas las personas con discapacidad pertenecen a una misma “especie” ni son intercambiables

Porque hay que ser muy valiente para aceptar lo que no puedes.

Porque aceptar no es quedarse quieto, sino un acto de rebeldía y coraje para poder actuar sobre lo que depende de tí, sobre lo que de verdad puede cambiar tu vida y sobre lo que te importa. 
Porque lo rural esconde muchos secretos y tanto las pequeñas pasiones como los grandes proyectos se amasan desde lo más intimo y el trabajo duro.

Porque hay que mirar más a las personas, y no sólo a su fisiología.

Porque hay que devolverles su biografía.

Porque todxs somos mucho más que nuestro cuerpo.

Porque sin el escenario de nuestra  experiencia vital y del contexto en el que vivimos no se puede entender ni un solo paso de los que damos.

Porque esos contextos nos construyen a cada unx de nostrxs y a nuestras (dis)capacidades.

Porque la discapacidad, la dependencia, y la accesibilidad no siempre es lo  que dice un tribunal medico o un Real Decreto

Porque los tribunales médicos y las leyes se escriben en blanco y negro y la vida de las personas se escribe en colores, con mil matices distintos.

Porque la tirania de la normalidad es una trampa inmediata para lxs que están fuera de ella y una bomba de relojería para todxs lxs que somos y las generaciones que nos siguen.

Porque cuantas más cosas y más casos conozco más convencido estoy de que la enfermedad mental es una invención nada ingenua.

Porque  las etiquetas no son necesarias y sólo sirven para medicalizar y patologizar la vida de las personas, sus amigos y sus familias.

Porque las etiquetas y clasificaciones diagnósticas sólo sirven para construir a su imagen y semejanza todo un mundo de im-posibilidades y dis-capacidades

Porque las etiquetas niegan a la persona y nos roban el papel activo y la responsabilidad que todos tenemos sobre los problemas de nuestras vidas. 

Porque los medios de comunicación se dejan seducir por un mentalismo infantil y efectista y por las teorias sencillas de una psiquiatría deshumanizada y  alejada de las personas, una "ciencia" que ha desplazado del epicentro de su disciplna  a las personas para poner en su lugar a las compañias  farmacéuticas,  una psiquiatría que escucha más a los fármacos que a los pacientes.

Por todos estos motivos deseo una Feliz Navidad a todxs los profesionales que miran de cara a la gente y sus realidades, sean las que sean, que no necesitan etiquetas para hacer su trabajo, que su punto de referencia son las personas no lo Reales Decretos, que decostruyen la discapacidad con su tarea cotidiana, comprometida e inteligente, que preguntan, que escuchan que observan, que aprenden de sus pacientes, sus clientes, sus usuarios, los tullidos, los ancianos, los retrones, los de andar distinto, los de hablar quebrado,…

Y al 2013 le pido que se sigan sumando profesionales anónimos - arquitectxs, psicólogxs, psiquitras, médicxs, enfermerxs, periodistas, docentes,…-  que saben que la normalidad no es más que una máscara, una excusa o un instrumento para no avanzar y para que siempre ganen los mismos; que se sigan sumando personas apasionadas que intuyen que este viaje a  un mundo diverso, abierto y para todxs ya es imparable y que, los que estamos en él, tenemos la lentitud de nuestro lado, porque  el tiempo es largo y además no importa.

Feliz Naviad y mejor 2013.