jueves, 7 de marzo de 2013

Quien sabe es quien lo vive (I)

Imagen tomada de http://goo.gl/WQW5D
Es lo que tienen estas redes. Tú lanzas una idea y desde ese momento ella sola va creciendo, transformándose y mejorando con cada comentario, cada añadido, incluso con cada crítica. Por eso recojo el comentario -"Quien sabe es quien lo vive"- que hizo mi admirada Isabel Iglesias, alquimista de @enpalabras, a mi anterior post "Escuchando a lxs expertxs" en su selección de contenidos "Normativizar vs. normalizar".
Esta frase va a servir para encabezar una serie de artículos que comenzaron en el post anterior y en los que recojo las ideas y percepciones de un grupo de alumnxs del curso "Planificación y Gestión del Turismo accesible" tras su conversación con un variopinto grupo de personas que, por un motivo u otro, se pueden considerar "turistas no estandar".
Son este conjunto de artículos un pequeño juego de fractales, maneras diferentes de mirar y de caminar. Hoy vamos con la mirada de los padres de un niño con hipoacusia neurosensorial desde su nacimiento. La maestra de ceremonias en esta ocasión fue Virginia, una sevillana interesada y comprometida con el turismo inclusivo


"Pues para realizar esta entrevista, hablé con uno de mis cuñados; ellos son un matrimonio con dos hijos, mis sobrinos claro, donde el pequeño nació con hipoacusia neurosensorial, que es una anormalidad en el oído interno, en el nervio auditivo, o en ambos; en el caso de mi sobrino tiene un implante coclear, que es un producto sanitario implatable activo, de alta tecnología y precisión, encaminado a restablecer la audición de aquellas personas que padezcan una sordera causada por la destrucción de las células ciliadas de la cóclea, estimulando directamente las células ganglionares (nervio auditivo) mediante señales eléctricas encargadas de transmitir la información codificada al cerebro. Hay que tener en cuenta que, al ser una protesis, no cura definitivamente la sordera.. Su hermano mayor, y tanto mi hermana como mi cuñado, son oyentes.

Hablando acerca de cuando viajan, ellos prefieren los destinos nacionales porque utilizan el coche debido al implante que tiene su hijo; este implante es electromagnético y por ej. en el avión hay que apagarlo ya que puede crear interferencias. Otro ejemplo que me comentaba es que a la hora de pasar los arcos de seguridad el implante hace que pite; en este caso lo hacen pasar por otro sitio, aparte de los padres, donde no haya arco, y cuando se trata de una persona adulta, lo cachean. Por este motivo, de momento, no han ido a Disneyland París. Con respecto al tren de alta velocidad el cual han utilizado un par de veces, al no contar con la preinstalación de un bucle magnético (un amplificador de sonido, que se conecta a una salida de audio y manda una señal directamente al audífono), hace que su hijo no pueda ver la peli en el tren, porque este bucle "envuelve" el sonido ambiente y así mejora la audición de lo que en la película se va narrando. Así que mientras su hermano mayor la está viendo sin problemas, él no puede.

Y esto no solo ocurre en el tren. Me contaba como practicamente no existe esta instalación en los establecimientos turísticos, espacios de juegos y de ocio; poco más de algún cine se salva, y tampoco es que abunden. También existen aparatos de frecuencia modulada que sirven para no escuchar interferencias en el sonido, que por ejemplo me contaba, que añado aunque no se trate de establecimientos turísticos, como esto servía para que las personas que se presentan a una entrevista de trabajo, o que tengan una reunión y estén en cualquier establecimiento público, puedan oir mejor. También es excelente para los colegios, ya que el equipo, por ser portatil y pequeño, permite la movilidad del profesor y los alumnos, ofreciendo situaciones escolares mas naturales para el alumno sordo; evita interferencias, reduce el ruido ambiental y resuelve el problema de la distancia.

Así que con respecto a las infraestructura, en el caso de la discapacidad sensorial, queda mucho por hacer. La percepción de mi cuñado es que, dentro de las carencias que hay en general para todos, los establecimientos públicos están más preparados para la discapacidad motora, o es la que tienen más en cuenta cuando los empresarios piensan en adaptar su local/negocio.

Pero sí que hay algo que ha resaltado, y que cabe destacar, que es con respecto al personal. Me comenta que, aún no contando con formación específicamente en este tema, tienen una predisposición buenísima, sobre todo en los parques infantiles donde han llevado a su hijo al típico cumpleaños de los amigos de clase, y se han encontrado con chavalas y chavales encantadores, sin que lo hayan mirado "raro", todo lo contrario, totalmente dispuesto a lo que necesitaran.

Cuando le he hablado del término Turismo Inclusivo, y le he preguntado si lo había oído antes, su respuesta ha sido que no, y que le parece muy adecuada, le ha gustado bastante, y le ha dado mucha importancia a llamarlo inclusivo, incluyente. Además, ellos sienten como a su hijo nunca se le ha tratado de una manera distinta, como ha sido siempre integrado y tratado como uno más, y sobre todo, resaltan el papel del personal docente del cole, los cuales se han implicado para crear una normalidad tanto a la hora de tratar a mi sobrino, como a la hora de crearla con respecto al resto de compañeros de su clase".

2 comentarios:

  1. Ante todo ¡Muchas gracias Manuel! :)

    Pero te diré que si hay palabras que me han impactado a mí son las del título de este blog: la tiranía de la normalidad. Creo que no hay día, situación o análisis de cualquier tema que no me las traigan a primera línea. En nuestro equipo es ya una clave de entendimiento cuando tenemos puesta en común. Pero he observado también que impacta a quien la escucha por primera vez, es como un alto para abordar los desacuerdos.

    Comentaba Javier Tamarit en su conferencia que hasta hace no mucho (bueno, aún se hace pero mejor resaltar lo que mejora) se acudía a los libros para “informarse” del problema de alguien en lugar de escuchar a esa persona. El relato de casos concretos que estás haciendo en esta serie aportan mucho más que los cientos de divagaciones retóricas y populistas que abundan por ahí. Nos lo comentaban hace poco unos buenos amigos: mucha gente divagando y poca “haciendo cosas”.

    Hay algo que me encanta del protagonista de este relato y es la percepción de sus padres. Si sienten que su hijo no ha sido tratado de manera distinta, que se le ha tratado como a uno más, es que ellos se comportan así, ayudándole pero dejando que tenga sueños y retos. Y probablemente es esa actitud la que ha puesto al personal docente de su cole en la misma línea.

    Suele ocurrir que ante la diferencia, es la propia familia la que adopta alguna de las dos opciones habituales como perversas: o esconderse o ir generando lástima. Probablemente avanzaríamos mucho con ese apoyo a las familias desde el principio y eso es mucho antes de la escuela, empieza por el sistema sanitario en cuya estructura venimos al mundo.

    Gracias por pararte a escuchar y muchas gracias por compartirlo.

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  2. Estupenda vuelta de tuerca, Isabel: antes de nuestra entrada en la escuela nuestra forma de venir y de estar en el mundo está mediado por el sistema-estructura sanitaria. Esa estructura, su filosofía y su universo de valores, de verdades, sus metodologías, sus protocolos,.. construye una manera determinada de mirarnos, de entendernos, de pensarnos, de preocuparnos por nosotros y por los nuestros, de querernos, de actuar o de educar,...

    No estaría mal repensar ese sistema, estudiar y comparar los sistemas-estructuras sanitarias de unas culturas y otras y ver el impacto que tiene sobre aspectos como el gasto farmacéutico, sobre la inclusión o sobre la salud mental de las distintas poblaciones que las habitan. Y aprender. Y aplicar.

    Gracias por asomarte y por tus aportaciones.

    Un abrazo

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